Se utiliza principalmente para tratar la rosácea, una afección cutánea crónica que causa enrojecimiento facial, inflamación y pequeños vasos sanguíneos visibles en la piel. La ivermectina es un antiparasitario que también ha demostrado tener efectos antiinflamatorios.
Es importante destacar que la ivermectina tópica está aprobada específicamente para el tratamiento de la rosácea y no se recomienda su uso para otras afecciones de la piel sin la indicación de un médico especializado.
Modo de uso:
Aplicación cutánea de una pequeña cantidad del tamaño de un chicharo, en cada una de las cinco zonas de la cara: frente, barbilla, nariz, y ambas mejillas. El medicamento se debe extender como una fina capa en toda la cara, evitando los ojos, labios y mucosa. Se deben lavar las manos inmediatamente después de la aplicación.